jueves, 11 de septiembre de 2014

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CONCEPTO DE ORIENTACIÓN

EDUCATIVA E INTERVENCIÓN PSICOPEDAGÓGICA

La conceptualización del término Orientación ha estado caracterizada por cierta confusión debida a la falta de precisión a la hora de delimitar los principios y las funciones de la Orientación y, en consecuencia, sus objetivos, modelos, áreas y contextos de intervención, así como los agentes de la orientación o los métodos empleados.

Según Vélaz de Medrano (1998), esta confusión procede fundamentalmente de tres fuentes:

La utilización de distintos adjetivos (vocacional, profesional, ocupacional, educativa, escolar, personal, etc.) para especificar el significado de la Orientación.

La utilización indistinta de términos conceptualmente diferentes (counseling y guidance) para referirse genéricamente a la intervención de los orientadores y las orientadoras.

La disparidad de funciones asignadas en cada momento a los y las profesionales de la orientación (diagnóstico, asesoramiento, terapia, consejo, enseñanza, etc.).

Bisquerra (1996:152), ha definido la Orientación Psicopedagógica como “un proceso de ayuda continuo a todas las personas, en todos sus aspectos, con objeto de potenciar la prevención y el desarrollo humano a lo largo de toda la vida. Esta ayuda se realiza mediante programas de intervención psicopedagógica, basados en principios científicos y filosóficos”.

Según Vélaz de Medrano (1998:37-38), la Orientación Educativa es un “conjunto de conocimientos, metodologías y principios teóricos que fundamentan la planificación, diseño, aplicación y evaluación de la intervención psicopedagógica preventiva, comprensiva, sistémica y continuada que se dirige a las personas, las instituciones y el contexto comunitario, con el objetivo de facilitar y promover el desarrollo integral de los sujetos a lo largo de las distintas etapas de su vida, con la implicación de los diferentes agentes educativos (orientadores, tutores, profesores, familia) y sociales”.

Para Boza y otros (2001:20), la Orientación Psicopedagógica se concibe como “un proceso de ayuda continuo y sistemático, dirigido a todas las personas, en todos sus aspectos, poniendo un énfasis especial en la prevención y el desarrollo (personal, social y de la carrera), que se realiza a lo largo de toda la vida, con la implicación de los diferentes agentes educativos (tutores, orientadores, profesores) y sociales (familia, profesionales y para profesionales)”.

La concepción actual de la Orientación Educativa determina que su función principal es la prevención y, por lo tanto, no tiene únicamente un carácter asistencial o terapéutico; la idea de que la Orientación sea un servicio exclusivo para los sujetos con problemas basados en la relación interpersonal clínica, o un mero servicio de información profesional actualizada, ha quedado obsoleta. En consecuencia, el contexto del alumno o la alumna cobra una importancia vital y no queda restringido sólo al ámbito puramente escolar.

Principios de la Orientación

Se ha ido perdiendo el carácter terapéutico correctivo a favor de una postura en la que la acción orientadora se concibe como una respuesta más amplia, que tenga en cuenta los nuevos cambios sociales, culturales y económicos y, por tanto, los nuevos protagonistas y los nuevos escenarios en los que debe intervenir.

Principio de prevención

Este principio está basado en la necesidad de preparar a las personas para la superación de las diferentes crisis de desarrollo. Su objetivo es promocionar conductas saludables y competencias personales, como las relacionadas con la inteligencia interpersonal y la intrapersonal, con el fin de evitar la aparición de problemas.

Principio de desarrollo

Desde el punto de vista madurativo se entiende el desarrollo como un proceso de crecimiento personal que lleva al sujeto a convertirse en un ser cada vez más complejo. Esta complejidad se va formando a través de sucesivos cambios cualitativos, que favorecen una interpretación del mundo cada vez más comprensiva y la integración de experiencias cada vez más amplias y complejas (Rodríguez Espinar, 2001).

Principio de intervención social

El principio de intervención social se enfoca desde una perspectiva holístico-sistémica de la orientación, según la cual, se deben incluir en toda intervención orientadora las condiciones ambientales y contextuales del individuo, ya que estas condiciones influyen en su toma de decisiones y en su desarrollo personal.

Marín y Rodríguez (2001), consideran que la acción orientadora, y por tanto la intervención, debe seguir dos condiciones:

• Analizar el desarrollo y la conducta de los destinatarios en el marco de los sistemas que actúan sobre la persona a través de procesos de socialización en valores, normas, expectativas y metas.

• Diseñar una intervención que tenga como objetivo eliminar los efectos negativos de los ambientes sobre las personas.

El empowerment como principio de intervención

McWhriter (1998), afirma que el empowerment es un proceso en el que las personas, las organizaciones o los grupos que no tienen fortaleza, que no se sienten competentes o que se encuentran marginados, llegan a conocer las dinámicas de poder que actúan en su contexto vital, desarrollan las habilidades y capacidades para tomar el control de sus propias vidas sin interferir en los derechos de otras personas, y apoyan y refuerzan el fortalecimiento personal de los demás componentes de su grupo o comunidad.

Modelo de las “5 Cs”

• Colaboración, para aislar los problemas y establecer un plan de actuación.

Contexto, reconocimiento de los elementos del contexto que impiden el fortalecimiento personal (pobreza, marginación, sexismo, racismo, etc.) que dificultan la superación de los problemas.

Conocimiento crítico, que permite definir un problema, organizar y clasificar de manera eficaz la información relevante para su solución.

Competencia, necesaria para la resolución de los problemas.

Comunidad, refiriéndose a la unión de quienes comparten unos mismos objetivos y participan de una identidad común apoyándose en el fortalecimiento personal de todos y cada uno de los miembros de la comunidad.

Funciones de la Orientación

“El cubo de las 36 caras”

Morril, Oetting y Hurst (1974)

a) Destinatarios/as de la intervención:

– Individuo.

– Grupos primarios.

– Grupos asociativos.

– Comunidad o instituciones.

b) Propósito o finalidad:

– Terapéutica o correctiva.

– Preventiva.

– De desarrollo.

c) Método:

– Intervención directa.

– Intervención indirecta: consulta y formación.

– Utilización de medios tecnológicos.

Comentario

Nos brinda gran información el libro de la orientación, por medio del el  aprendemos como hay distintas definiciones de autores de la misma orientación, obviamente hay muchos más autores que definen la orientación, a lo largo del tiempo el concepto de orientación ha ido evolucionando y modificando su modelo según el contexto donde vivamos y se requiera intervenir.

La orientación va teniendo gran demanda y por ámbitos, sociales, educativos, laborales, familiares, etc., con esto nos ayuda como seres humanos en su desarrollo personal y social.

Los cambios pueden funcionar o no, pero siempre trabajando en positivo para construir centros eficaces de resolver grandes retos en el campo de la orientación, a fin de lucro pensando en futuro.

El proceso de orientación intenta conducir hacia un proyecto personal que incluya una mayor conciencia de sí mismo y de su realidad socioeconómica, cultural y laboral.

Pues no falta mucho camino por adelante, teniendo en cuenta que la forma de orientar e intervenir para satisfacer las demandas que diario emerge la sociedad contemporánea, son obstáculos de integración que nos permitirá defendernos con el fin del propósito mejorar en todo las aspectos del ser humano mediante procesos de ayuda continua.

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